sábado, 24 de octubre de 2009

Queda prohibido



Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino;
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

Pablo Neruda

viernes, 23 de octubre de 2009

Lo que tenga que ser..


Cuando queremos , lo que queremos es que el otro también quiera.. Nos esforzamos, nos arriesgamos para lograr que el otro también quiera, ése es el verdadero deseo. Y el deseo es incompleto si es sólo de uno, necesitamos de otro, necesitamos querer lo mismo. Uno puede querer que el otro quiera, pero no puede obligarlo a querer. Por más que uno quiera y quiera que el otro quiera, las cosas serán cuando deban ser.. Hay que aceptar aunque duela, que siempre será lo que tenga que ser...

martes, 20 de octubre de 2009

La vida que imaginé


Cuando sos chico soñas con lo que vas a ser cuando seas grande, y si te dejan soñar soñás en grande. De grande medís tu vida como un parámetro: ¿es mejor o peor de lo que imaginaste?
Si soñaste mucho con la vida que querías, sabés muy bien lo que querés, y también sabés muy bien lo que no querés, lo que no cuaja con lo que soñaste para vos.
El problema de los sueños es que a veces se convierten en caprichos, querés esa felicidad que soñaste o nada. Cuanto más frondosa es nuestra imaginación, más grande es la decepción.
Cualquier detalle distinto a lo que imaginás arruina la felicidad. Duele mucho la realidad cuando sos un soñador.
A veces uno cree que lo que duele es la realidad pero lo que duele es el ideal. La vida que imaginás puede ser un sueño, pero también puede convertirse en una cárcel. Imaginar tu vida ideal está bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor. A veces hay que dejarse sorprender. La obsesión por el ideal te puede hacer perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitás. Nada está a la altura de un ideal.
Si querés concretar tus sueños lo mejor es empezar por matar al ideal. Ojo, no me estoy refiriendo a matar los ideales, sino que hay veces que uno se imagina su vida como si fuera una película, y es muy difícil estar a la altura de ese ideal.
El ideal es una luz brillante, muy brillante, tanto que puede terminar opacando la realidad. Podés sufrir toda la vida por ese ideal, hermosos, puro, brillante, pero lejano y cada vez más lejano. Hay que poder distinguir los sueños del ideal. Los sueños son pequeñas excusas que nos ayudan a crecer. El ideal es una gran mole de oro que nos paraliza. En cambio la realidad es frágil, endeble, imperfecta, pero verdadera.
Porque al final del camino uno puede contar la vida que vivió, no la que imaginó. Entonces mejor que imaginar la vida es vivirla.

martes, 6 de octubre de 2009

Que valga la pena


¿Qué quiere decir “vale la pena”? Vale la pena estar vivo. Vale la pena morir por una buena causa. Vale la pena odiar, amar. Vale la pena ¿Qué quiere decir eso?
Vale la pena escuchar la verdad. ¿Vale la pena no decir la verdad? ¿Por qué vale la pena?
Vale la pena sufrir. Vale la pena ser feliz. Vale la pena una cosa y su opuesto ¿Cómo puede ser que las dos a la vez valgan la pena? ¿Cuándo, cómo, quien? ¿Qué cosa vale la pena?
Tal vez valga la pena perder para poder ganar. Tal vez valga la pena caerse para poder levantarse, equivocarse para poder acertar.
¿Vale la pena decir siempre la verdad? Algo vale la pena cuando es mayor el beneficio que el costo ¿Pero cómo se puede estar seguro de eso?
El esfuerzo, el dolor, el sufrimiento vale la pena solo si nos hace mejor, si nos hace creer.
La vida misma vale la pena de vivir. La vida trae, lleva y deja, dolores, sacrificios, odios, rencores, peligros, preguntas, también alegrías, amores, reconciliaciones, respuestas.