A veces somos espectadoras en vez de protagonistas. Pero se espectadora o protagonista depende sólo de una decisión.
La espectadora siente que no le dan un protagónico. La protagonista es la que que va, se para en el centro del escenario, bien debajo de la luz, y dice “¡acá estoy!”.
La espectadora vive lamentándose por lo que le tocó en suerte. La protagonista se revela, porque cuando agarra el toro por las astas, algo empieza a cambiar.
La espectadora no se siente amada. La protagonista hace algo para que la amen.
La espectadora cree que es como una balsa en el mar, a la deriva. La protagonista siente que puede patalear, remar.. está bien, tiene que remar mucho, sí.. pero remando llega a donde quiere estar, no a donde el mar la lleva. Y ya no necesita la suerte, porque la suerte la hace ella.
Para pasar de ser espectadora a protagonista debemos darnos cuenta de lo que necesitamos, de lo que nos hace bien y mal, de lo que verdaderamente queremos en la vida. Debemos cambiar. Está en nosotras si queremos ser espectadoras de nuestra propia vida, dejar que las cosas sucedan, que todo pase a nuestro alrededor sin intentar siquiera cambiarlo, resignarse a lo que nos toca.. o ser una verdadera protagonista. Una protagonista que no espera que las cosas pasen, sino que va a buscarlo. Una protagonista que decide qué hacer con su vida, qué rumbo tomará. Una protagonista que sabe lo que quiere, y que busca la manera de poder lograrlo. Una protagonista real, que sufre, ríe, llora, se emociona y hace emocionar. Que siente, que busca, que sueña. Una protagonista que simplemente vive.
La espectadora siente que no le dan un protagónico. La protagonista es la que que va, se para en el centro del escenario, bien debajo de la luz, y dice “¡acá estoy!”.
La espectadora vive lamentándose por lo que le tocó en suerte. La protagonista se revela, porque cuando agarra el toro por las astas, algo empieza a cambiar.
La espectadora no se siente amada. La protagonista hace algo para que la amen.
La espectadora cree que es como una balsa en el mar, a la deriva. La protagonista siente que puede patalear, remar.. está bien, tiene que remar mucho, sí.. pero remando llega a donde quiere estar, no a donde el mar la lleva. Y ya no necesita la suerte, porque la suerte la hace ella.
Para pasar de ser espectadora a protagonista debemos darnos cuenta de lo que necesitamos, de lo que nos hace bien y mal, de lo que verdaderamente queremos en la vida. Debemos cambiar. Está en nosotras si queremos ser espectadoras de nuestra propia vida, dejar que las cosas sucedan, que todo pase a nuestro alrededor sin intentar siquiera cambiarlo, resignarse a lo que nos toca.. o ser una verdadera protagonista. Una protagonista que no espera que las cosas pasen, sino que va a buscarlo. Una protagonista que decide qué hacer con su vida, qué rumbo tomará. Una protagonista que sabe lo que quiere, y que busca la manera de poder lograrlo. Una protagonista real, que sufre, ríe, llora, se emociona y hace emocionar. Que siente, que busca, que sueña. Una protagonista que simplemente vive.
by Pauli 1/2
seamos las protagonistas esta vez... hagamos nuestra propia suerte. creo que es lo que todos buscamos no? que dificil eso...
ResponderBorrarpero confiemos, porque como ya dijiste, lo último que se pierde es la esperanza ♥
pauli de mi alma, nose como decirte lo bien que me hace tenerte, lo importante que pasaste a ser en mi vida en tan poco tiempo.. nose como decirte lo mucho que te quiero, la falta que me hacés, lo feliz que soy de tenerte.
gracias amiga, hay pocas personas como vos!
te quiero DEMASIAAADO paulii ♥
nooo! es genial lo que escribiste!
ResponderBorrarpauli y medio? jajajaja,
te quiero muchisimo.
me encanto verte!!! y quiero que se repita... y quiero que se temrinen los parciales dios!
Las amo amigas.
gracias chicuelas!
ResponderBorrarjajajaja sí, es pauli y 1/2 porque al principio me inspiré de algo que leí, y dps terminé escribiendolo yo!
las quiero a ambas! :)